8.8.03

La mano con costumbres extrañas

Como comentaba en un post anterior, Deíctico nos echó una mano con la tina de Bahamut, pero digamos que de pronto se lo tomó muy literal. Estábamos a punto de lograr pasar la graaaan tina de Bahamut, por el portal y mudarla a la nueva casa del blog, pero justo cuando estábamos a la mitad de dicha operación, Deíctico se dió media vuelta y se fue.

Incannus le grito furioso, entre los esfuerzos por mantener su posición. JM le pidió que se quedara, que nos echara una mano. A lo cual Deíctico, con su infinita practicidad [?], volteó, se arrancó una aleta y la lanzó directamente al hocico de Bahamut. Éste, encolerizado y lleno de rabia, comenzó a escupir fuego y llamas y humo y más fuego y más llamas y más humo; hasta que todo estuvo oscuro como de noche.

Cuando los vientos hicieron el trabajo de disiparlo todo, descubrimos que la mano-aleeta que dejó Deíctico, quería ahorcar a Incannus. Hemos decidido que, por el momento, la mantendremos en un frasco hasta que el dueño aparezca. en las últimas horas, ha expresado por medios indecifrables [?] un anhelante deseo por escribir... con que no sea poeta...

JM y los demás

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