5.12.03

Así, señores, sí, está la cultura en este pinche país de mierda

Ayer por la noche, los trabajadores del sindicato de Bellas Artes tomaron el Palacio de Bellas Artes y lo cerraron por que quieren que les paguen 20 días de vacaciones y homologuen su sueldo al de los trabajadores del INAH. Que la cultura se chingue, total.

JM

[gracias por la observación]

4.12.03

El gusto por los amigos

Me parece increíble que el querido y amado Bef, ahora esté escribiendo casi a diario en su blog, mientras está allá en Zacatecas con su proyecto de litografías. Me da mucho gusto poder leer sus aventuras en compañía de sus cuates plásticos [artistas]. Creo que uno se da cuenta de que un amigo lo es de verdad cuando al verle triunfar sentimos en el corazón la alegría de verle feliz.

Creo que Bef está subiendo la pendiente esforzada que es la felicidad y me da mucho gusto. Es un hombre que vale mucho la pena, un escritor que tiene mucho que decir y un artista visual que tiene harto que expresar. Mal que le pese a él, me parece que es una de las mejores personas con las que me he topado en mis 24.5 años en este planeta.

Lo estimo muchísimo y me da gusto que esté contento. Desde este espacio virtual, mando un abrazo fraterno y caluroso a Bef.

PD
Mi querido gordo, recuerda que vales un chingo. No dejes que las inseguridades que fueron inculcadas en nuestra infancia te derribe. Échale ganas cabrón, si no es ésta chava, al menos ya diste el primer paso. Aunque muy dentro de mi, pienso que le pegaste al gordo [auch :-)].

JM

1.12.03

Con el verdadero ánimo navideño

Si la muerte fuera
por José Hipólito

Si la muerte fuera ahora, quisiera que la mía sea
con el Orlando Furioso jugando, en una casa de jardines amplios,
con la pipa en la boca, extinguiendo sus rescoldos
y apenas sacando las ultimas volutas de su humo.

Quisiera que Ella, estuviera a mi lado.
Sentada en la silla de junto, con su cabello de fuego,
con sus esmeraldas ojos.
Que me sostuviera la mano y que nos fuéramos juntos;
mientras vemos a Orlando crecer deprisa.
Con los ojos llenos de lágrimas.

Que Ella cierre los ojos antes que yo, sin irse;
para poder ver su rostro hermoso y tranquilo.
Que llegué él, Orlando, y nos dé un abrazo,
como los que nos daba para separarnos.
Que llegue y ya no tenga tres años, sino treinta o cuarenta.
Y llegué y nos diga "somos felices", "seguiré siendo feliz".

Y así, mientras el sueño nos gana, a Ella y a mí,
ver cómo las lágrimas se arrastran con la felicidad revuelta en su rostro
y decirle adiós con la mirada.