20.5.03

Ese entrañable monstruo que es la familia

Me refiero, antes de que peguen de brincos, con familia a aquella en la cual nacemos, es decir, la que por azares del destino nos acoge en su seno, aún antes de nacer. Las demás familias no son objeto de este blog.

Ahora, una vez aclarado lo anterior, resulta que leyendo el blog de Bef, me encontré con una referencia a su hermano. De cómo se ha dado un alejamiento entre ellos, de cómo se distanciaron y de cómo se han vuelto a encontrar en el camino.

Parece que es un factor común entre él y yo. Cuando estalló la huegla de la UNAM, aquella que le dió el tiro de gracia, yo vivía con mi hermana en un departamento en la colonia Viaducto Piedad. Ella estudiaba en la ENAP y yo en la Escuela de Escritores de la Sogem. Se hizo el paro de estudiantes y mi hermana se vovlió activista del CGH, yo un tanto apegado al movimiento, un tanto en desacuerdo con los métodos que tomaban de pronto.

Mi hermana y yo, siempre hemos sido como los opuesto de un mismo tema, como los dos lados de una modena, compartiendo los puntos, pero no sus aspectos. Antes de que estallara la huelga de la UNAM, ella y yo éramos muy unidos. La unión se dió a raíz de la separación de nuestros padres. A fin de cuentas nos teníamos sólo el uno al otro. Éramos uña y mugre, o mugre y mugre... jejejeje.

Total que cuanto la huelga está en su cúspide, mi hermana decide irse a vivir a las instalaciones de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, en Xochimilco. La desición fue tomada debido a que las guardias eran pocas y los estudiantes que quedaban eran menos. La situación duró varios meses. Meses en los cuales nuestros caminos se distanciaron de una manera sorprendente. Nos distanciamos mucho, pero mucho; acabó la huelga regresó a casa, pero ya no volvió a ser lo mismo. En una ocasión me dijo que fuéramos a tomar un café como hacíamos antes, para platicar y yo le dije: "¿Platicar de qué?", ahí terminó la conversación; éramos tan distantes, que yo veía muy difícil encontrar un sólo tema en común para poder platicar, nada que hiciera las veces de piedra de toque para una conversación. La unión que teníamos ya no era la misma, mis labores ya no me permitieron llegar a ella. Mi vida me llevó por otros caminos, a formar mi propia vida y a hacer mi propia familia.

Hay momento en que no podemos cargar con nadie más que con nosotros, no podemos ir más allá cargando los fardos de los que queremos, tenemos una oportunidad entre mil, de poder seguir nuestro camino, de dejar lo que nos impide seguir adelante y poder dar el paso hacia la felicidad, hacia nuestro propio destino. Yo estaba en ese momento, justo en el momento, en que tenía que decidir seguir mi camino, o quedarme para siempre en el mismo lugar hasta secarme.

Tomé la desición y seguí adelante, conocí al amor de mi vida y partí por mis caminos.

Mi hermana desde hace muchos años sufrió de dolores de la vesícula, piedras heredadas por generaciones en las mujeres de la familia Jiménez. Piedras que han marcado el andar de mi familia, el abandono de su ser y el renacimiento. Cuando mi hermana empezó con los dolores de la vesícula, estaba tomando un curso de acupuntura en en un centro holístico chino, pero no pudo continuar con las clases debido a que no podía salir de casa, por temor al dolor. Yo seguí el curso en su lugar. Un día, la intérprete del doctor chino que daba las clases, me dijo que por qué mi hermana no había regresado, le conté la historia y ella me dijo: "Se le vé en la cara. Su hígado no está muy bien, se volverá alguien amargado y violento si no hace algo para mejorar su hígado". Cuánta razón tienen los chinos algunas veces.

Hace apenas unos meses que la operaron de la vesícula y santo remedio. Su humor, que durante años se había vuelto innaguantable, mejoró de una manera sorprendente. No quiere aceptarlo, pero es así. Después de esa operación el lazo que nos unía volvió a renacer, sigue sin ser lo mismo, pero estamos en el proceso de volver a formar el lazo que nos mantenía juntos, quizá un simple puente que nos sirva para comunicarnos de vez en cuando.

Supongo que es necesario deshacerse de los lastres que la familia nos echa a cuestas, para poder dejarla atrás y seguir nuestros propios pasos y regresar con nuevas experiencias y tratar de entederla desde otros ángulos, por que si no lo hcemos así, estamos destinados irremediablemente a no ser nosotros, si no a ser la imagen que tienen de nosotros la familia que nos rodea.

Yo tomé la decisión de dejarlo todo para ir en busca del amor verdadero y lo encontré, lo dejé todo atrás para formar mi propia familai, para poder ser yo mismo, para dejar de entrar en el molde que tenían de mi, para que se dieran cuenta de que no era completamente quien creían que yo era. Ahora, no sé si se dan cuenta, pero soy quien quiero ser y estoy feliz.

JM

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