13.5.03

Una función de circo

Debo admitir, antes de seguir hacia cualquier parte, que odio el circo con una meticulosidad exasperante. Lo odio, lo detesto. Me causa sentimientos demasiado encontrados. Me da güeva, pero también me dan mucha lástima las personas que trabajan en el circo.

Pero la función a la que asistí el pasado fin de semana, es digna de mención. Resulta que en la escuela de mi hijo, para festejar el día 10 de mayo organizaron una función de circo con los niños. Fue algo muy, pero muy divertido ver a los niños disfrazados de elefantes, leones y focas; haciendo toda clase de suertes circenses. Por no hablar de los hombres fuertes, acróbatas y malabaristas.

A mi querido hijo, Orlando le tocaron dos actos que ni pintados: equilibrio y salto mortal. Debo aclarar en este momento que mi esposa y yo odiamos el circo y no somos afectos a la festividad del día de las madres, pero ver a mi nene ahí trepado haciendo sus pininos fue algo maravilloso. Estoy orgulloso de mi hijo, como pocos padres lo están. No por que sus hijos no lo merezcan, sino que no se dan el tiempo de sentirse bien por sus hijos. El punto es que me sorprende lo bien que vamos con Orlando, lo digo no en el afán de echarnos flores, sino que se nota la confianza que tiene en sí mismo.

Digo miles de nosotros, en especial mi esposa y yo, hemos sufrido la falta de confianza en nostros mismos, hasta bien entrados los años de la adolescencia. Creo que Orlando será un gran muchacho.

JM

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