15.4.03

¿Será que en realidad nunca tuvieron nombre?

Estaba mirando por la ventana, cuando se acercó un tipo que he visto seguido en la tienda que hay abajo. Es un hombre alto, un tanto calvo, usa lentes cuadrados. Me dí cuenta de que se parece infinitamente a un maestro de españo que tuve en la secundaria. Me parece que, por mucho, es uno de los mejores maestros que he tenido, por debajo claro del gran Jorge Meixcueiro [maestro de ciencias sociales].

Por más que intenté acordarme del nombre del susodicho maestro de español, no lo he logrado. En cambio mi mente se ha llenado de un sin fin de rostros. Todos ellos han pasado por mi vida, pero no logro acordarme de sus nombres. Por ejemplo está la compañera de kinder I, era muy bonita, hasta parecía muñeca de porcelana. Su cabello era castaño, ojos azules, piel blanca. Pero no me acuero, ni de su voz, ni de nada que haya hecho, lo único que veo es su cara.

También está el compañero de preprimaria, era pelirojo, con un chingo de pecas en la cara. Se sentaba a mi lado y, creo, éramos muy buenos amigos. Y así hay muchos. También está mi maestra de inglés en La Salle, que me dió clase dos años seguidos, por que se supone que resultó ser muy chingona. O un compañero en la secundaria que se sentaba hasta atrás y no decía nunca nada.

Incluso, muchos de los nombres de mis compañeros más recientes [de escuela] de la Sogem [gen. XXV] no los recuerdo. Uno que se sentaba hasta atrás, muy gordo y que era cargador en algún lado, junto con él, otro de bigote que le tiraba el can a cuanta mujer le pasaba enfrente. De hecho no me acuerdo de los nombres de los chavos que atendían las cafetería.

Ahora que lo pienso, me pregunto: ¿será que en realidad nunca tuvieron nombre?

JM

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