7.7.05

Hubo bombazos en Londres. Justo un día después de ser anunciado el veredicto del Comité Olimpico Internacional y nombrar a esa ciudad como sede de los Juegos en 2012. Justo cuando los líderes de las ocho naciones más poderosas del mundo estaban reunidos en aquel país. Un número desconocido de muertos, algunos desaparecidos y muchos, muchísimos heridos. Es triste, sí. Pero lo que me parece aún más triste es lo que encontré en la página de la agencia de noticias Reuters. En el artículo que ellos preparan, además de dar los detalles sobre el "atentado", informan sobre los consejos que da The Islamic Human Rights Commission a la población de dicha religión:

"[...] The Islamic Human Rights Commission warned London Muslims to stay at home to avoid any violence aimed at them. [...]".

Eso y no los muertos. Eso y no la violencia del ataque. Eso y no los heridos. Eso y no los niños y adolescentes lastimados. Eso y no la seguridad del "mundo occidental" [whateverthatfuckmeans]. Eso y no el hecho de dejar fuera de las platicas del G8 el medio ambiente y la pobreza en África. Eso, el consejo que TIENE que dar The Islamic Human Rights Commission, debido a la gran estupidez humana, es lo MÁS TRISTE de todo.

No es posible que los mismo que están provocando los ataques terroristas, además de poner en peligro a sus "enemigos", también lo hagan con su propio pueblo. Hoy por la mañana, escuché en el radio que algunas organizaciones musulmanas están completamente en desacuerdo con el actuar de los grupos terroristas, orillandolos a exclamar algo pareceido a: ¿En qué nos hemos equivocado para provocar tanto dolor?.

Y las cosas pasan, han pasado siempre y supongo que lo harán por siempre, no lo sé. Las guerras, las victorias, las derrotas, han formado parte de la vida desde su más primigenio principio. Lo que no me preocupa es la ola de discriminación que se está desatando. Porque la gente no entiende que el que puso las bombas o incluso murió con ellas, no tiene nada que ver con su vecino de ascendencia medioriental. No me quiero imaginar una familia musulmana tratando de hacer su vida en un barrio londinense, sin tener nada que ver con los que pusieron las bombas, sin nada que temer y que de pronto estallen las ventanas de su apartamento. Que se comiencen a incencdiar sus cortinas. Que sus hijos griten aterrados, sin entender qué es lo que está pasando. Que ellos mismos, la pareja que es la raíz de dicha familia, no entiendan por qué una turba enardecida está tratando de lastimarlos.


la noticia completa de la Agencia Reuters sobre los atentados en Londres aquí.

JM

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