13.11.03

Migraña citadina

El lunes pasé a recoge a Eugenia a su trabajo. Ella labora en un edificio que está casi sobre Reforma, por la zona hotelera, junto al antiguo Museo de Arte Contemporáneo. Resulta que están desalojando unas oficinas que tenían enfrente y ha quedado el espacio libre para deambular por allí. De ese lado del piso, las ventanas dan al Antiguo Bosque de Chapultepec, Reforma y el Auditorio Nacional. El Bosque, de noche, parecía una enorme sombra inquietante, ominosa y poderosa. En cambio Reforma, toda llena de coches y más coches, de hecho del lado que iba hacia el Zócalo, era el más congestionado. Si yo fuera doctor especialista en el sistema circulatorio, podría haber jurado que en aquel momento, la ciudad, estaba a punto de sufrir uno de los peores ataques de migraña que conozca la historia.

JM

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